Se esfuman puertos
donde amarrar deseos
inevitablemente condenados
a ser carne de cañón
Me pido perdón a gritos
por querer morder el dardo
ahora que ya me atravesó
Desecho certezas
para abrazar imposibles
cubriendo de grises
alguna esperanza ajena
Me espero a mí mismo
con más sentido
y menos cuento,
y me doy cuenta
de que la infancia terminó
Me acerco a lo platónico
hasta tocarlo y olerlo
más allá de la imaginación,
entre rastros de ninfas,
barrotes de humo
y techos de algodón
Me encuentro ante la sorpresa
de pretender algo grande
como si de nuevo sentido la vida
y desilusión menguante
Porque es toda esta distancia
que hace imposible el tacto
la que contiene miles de motivos
para seguir intentando
provocar el encuentro
