Siento el peso de unas cartas danzando al ritmo de mis pasos. Las he visto humeantes de verdad y ardientes de cambio entre las manos más certeras del momento. He sentido la pequeñez de alguien que se ve delante de quien no necesita ojos para verte. He sentido el miedo de no ver límites el día que me conozca, y de conocerme demasiado tarde también. He sido el loco de la partida jugando al escondite conmigo mismo frente a puertas astrales. Mis leyes hablan de energías infinitas y eternas a cada instante de un presente consciente que contiene plenitud por él mismo. Son ellas las que me invitan a lidiar con un pasado que se ha permitido el lujo de condicionar en exceso mi existencia, de enturbiar cualquier pretensión de inocencia.
He sentido júbilo e implosión entre las cuatro paredes que cultivan mi renacer, que son el aperitivo de una ceremonia de invitado único, personal e intransferible. Empiezo a preparar las maletas y no para cargarlas, sino para olvidarlas en la estación el día que coja el tren más directo pero más largo de mi vida. El día en el que la memoria será mirarme el interior a cada instante para ver fluir en mí el universo. Vivir perdido o incluso perder parte de mi vida nunca será lastre, ante todo aprendizaje y avance. Ante todo empatía, perdón, admiración y avance. Avance porque sé que el cambio está por llegar, está llegando.
He sentido júbilo e implosión entre las cuatro paredes que cultivan mi renacer, que son el aperitivo de una ceremonia de invitado único, personal e intransferible. Empiezo a preparar las maletas y no para cargarlas, sino para olvidarlas en la estación el día que coja el tren más directo pero más largo de mi vida. El día en el que la memoria será mirarme el interior a cada instante para ver fluir en mí el universo. Vivir perdido o incluso perder parte de mi vida nunca será lastre, ante todo aprendizaje y avance. Ante todo empatía, perdón, admiración y avance. Avance porque sé que el cambio está por llegar, está llegando.
Subiré porque sé que los anclajes no serán ni gravitacionales. Ganaré porque la victoria es siempre personal y nadie puede hacerte perder más que tú mismo. Y aunque individual, la cooperación será irremediable e inconsciente una vez fluir sea dharma. Una vez la humanidad se abra en mí y lo místico sea ver una persona sin reconocer su aura. Encontraré porque en el dejarse llevar buscar es esperar soltando las manos, alzando los brazos al aire y dibujándole una sonrisa a cada nube, a cada sol y a cada luna. Empezaré mi nuevo camino cuando sea consciente y esté presente en alma, y déjate de cuerpos, de que formo parte del de la eternidad. De la transversalidad de unos mundos que no deben ser tan paralelos si somos capaces de atravesarlos y de unirlos mediante la luz como energía imperativa.
He visto la cara de esos hijos a los que prometisteis una familia de las de ir a misa los domingos y antes de comer el padre ya iba borracho y la madre ya lloraba por los rincones. Les he visto la cara descompuesta al ver la realidad que nos envuelve, en ver como aquello que sustentaba sus sueños se derrumbaba desencajando las muecas de los culpables de su bajada al mundo. Ver esos ojitos, que siempre miran el mundo desde abajo y con la boca bien abierta de admiración, romper por no entender tanta mentira tendría que hacernos pensar mínimamente. Que vamos predicando con un modelo de familia que hace mucho que murió. Que no podemos seguir con lo que nos impusieron los cuatro que se ajustaron la Biblia a su hipocresía y sus egos. No existen más leyes que las naturales y esas no se escriben, se sienten, así que supongo que sabrás por donde me paso yo tu constitución. Ahora que vivimos en un mundo líquido no sé cual será la solución, pero está claro que tenemos un problema y nos lo imponen desde lo primero que vemos nada más nacer. No tengo claro como compartiré mi vida con alguien, aunque sé que ese alguien no se conformará con lo que le pongáis en el plato. Que yo espero que coja el plato y os lo rompa para que veáis como dejáis esos pequeños corazones. Espero que lo espere todo de ella y de nosotros, y nada de lo preestablecido. Espero que piense, que lo dais por supuesto y escasea más de la cuenta. Espero y sigo esperando.
He visto la cara de esos hijos a los que prometisteis una familia de las de ir a misa los domingos y antes de comer el padre ya iba borracho y la madre ya lloraba por los rincones. Les he visto la cara descompuesta al ver la realidad que nos envuelve, en ver como aquello que sustentaba sus sueños se derrumbaba desencajando las muecas de los culpables de su bajada al mundo. Ver esos ojitos, que siempre miran el mundo desde abajo y con la boca bien abierta de admiración, romper por no entender tanta mentira tendría que hacernos pensar mínimamente. Que vamos predicando con un modelo de familia que hace mucho que murió. Que no podemos seguir con lo que nos impusieron los cuatro que se ajustaron la Biblia a su hipocresía y sus egos. No existen más leyes que las naturales y esas no se escriben, se sienten, así que supongo que sabrás por donde me paso yo tu constitución. Ahora que vivimos en un mundo líquido no sé cual será la solución, pero está claro que tenemos un problema y nos lo imponen desde lo primero que vemos nada más nacer. No tengo claro como compartiré mi vida con alguien, aunque sé que ese alguien no se conformará con lo que le pongáis en el plato. Que yo espero que coja el plato y os lo rompa para que veáis como dejáis esos pequeños corazones. Espero que lo espere todo de ella y de nosotros, y nada de lo preestablecido. Espero que piense, que lo dais por supuesto y escasea más de la cuenta. Espero y sigo esperando.