20 de noviembre de 2016

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Vuelvo a pisar las baldosas grises
que pisé aquel día en el que todo
empezó a acabar
donde mi abuela rompió en llanto
balbuceando que no podría sin él
que no sabría ser sola después de tantos años

Él le regaló el tiempo suficiente
para que ahora pueda llorar
a la vez que nos recuerda a cada nieto
lo mucho que nos quiere,
y entre tanto sonreírnos.


He vuelto a pisar las baldosas
porque otra luz se me apaga
y esta vez me duelen las maneras
empezando por las mías en el cómo estar
sin compartir y abrazar
momentos e intenciones
tanto como quisiera

Se me va otro abuelo,
el del silencio,
capaz de pasarse una vida entera
compartiendo tiempo y espacio a todas horas
sin necesidad de hacer ruido
Sin fallar y sin gritar
para impregnarnos de sencillez y humildad
hasta dedicarse solamente a respirar

Ahora que sus fuerzas tanto menguan
por suerte aún es capaz de apretarme la mano
para exprimir y alimentar
estos pocos destellos
que me quedan de vida
Después me abre los ojos
y yo solo deseo que me siga viendo,
que me siga sintiendo,
que se lleve algo de mí bien lejos
y que sepa que de él en mí
se queda un mundo.


P.D.:Todo nace de algo, y ellos llevan tiempo siendo cielo: