25 de febrero de 2014

Te lo digo (pero al viento por si llegara)

'Crecer es aprender a despedirse' me dijo Risto. Y aquí ando en la estación practicando con los cientos de trenes que han pasado después de ti, incluso con los que pretendían ser de larga durada. Tal vez lo único que hago es esperar ese billete que nos prometimos de vuelta, y que parece que devolviste antes de usarlo.

Empiezan a gastarse los besos que grabaste en mi inconsciente cada noche que dormimos juntos, y con ellos se va la sonrisa que nadie más ha provocado. Supongo que ese es el motivo por el que empieza a incomodarme este eterno silencio. El motivo por el que vuelve a dolerme no verte, redescubrirte dentro de mí por muy lejana que te sienta.

Últimamente me he planteado romper ese pacto no escrito, esa tregua unidireccional hacia el intento de olvido, pero me da la sensación de que hace mucho que me quedé solo en esta guerra. 'Dos no se pelean si uno no quiere', pero es que con la escasez de vida cambio tanto de humor que no sé cuantas personalidades tengo en el interior. Y se matan unas a otras volviéndose violentas ya no solamente al follar.

Me recuerdan a nosotros que sin darnos cuenta pero muchos numeritos nos volvimos uno y por seguir juntando acabamos bipolares y cada uno en su puto polo muerto de frío y tapándonos con mantas mojadas.
Que el mundo se inundó de felicidad al vernos
y desde que nos soltamos la mano
sólo hago que resbalarme,
una y otra
otra
vez

Lo siento
que yo no sabía
que seguías siendo capaz
de dolerte tanto
Hace demasiado
me prometí
sólo echarte de más
los días buenos
y digo demasiado
porque es también
el tiempo que llevo sin hablarte
el tiempo que llevo
aprendiendo a olvidarte

Has vuelto sin que sepa aún de ti
yo me quedé en la estación donde te pedí
que me ayudaras a cumplir
mi error más evidente
dejarte ir

Me hablaron de tiempo
y sigo sin entenderlo
que después de todo
lo siguiente ha sido descuento
de una vida que se paró
y no ha sabido retomar el tempo

Me rindo
castígame por no olvidarte
y recuérdame lo que es estar
que ya no aspiro ni a vivo
me conformo con ser
con sentirme
algo en algún lugar
que no sea vacío

Era evidente que ser capaz de llegar a vivir en unos meses
aquello para lo que algunos necesitan una vida
me pasaría factura
pero no esperaba necesitar
una vida entera para pagarlo
o simplemente
apagarlo






23 de febrero de 2014

Sé que esconderme nunca será la solución, menos cuando no quiera que me encuentren, que pasa con frecuencia. Pero las desgracias son más omnipresentes, omnipotentes y reales que cualquier Dios. No sería justo que hablara de las mías porque se me hayan juntado las de los últimos ocho meses en los últimos días, al fin y al cabo ver a la alegría de esos ocho meses más de la cuenta tampoco entraba en mis planes, a estas alturas.
Quiero hablar del karma y no sé cómo hacerlo de lo mucho que habéis ninguneado la palabra. Que el karma es algo fuera del alcance de vuestras manos y de vuestras mentes. Es algo intangible e imperceptible en una sola vida. Os queda tan lejos como entender que un aborto natural no siempre es fruto de un problema físico. No os imagináis lo claro que lo vi todo el día que lo entendí. Todo encajó, y empecé a querer mucho mucho más. ¿Quién va a querer llegar a dónde se esfumó el amor?
Alguien capaz de valorarlo más que nadie, de encontrarlo en lo imperceptible, de sentirlo por encima de los sentidos, de provocarlo con un suspiro. Y una alma así no se deja caer a la primera.
Que venimos para equilibrar vidas pasadas, se nos escapa de las manos
Que tenemos una función en esta, es evidente;
encontrar la función, un logro
y cumplirla, lo único que nos pide el karma.

Una muerte cada día

Déjame un pie y te devolveré al mundo. Que tocarte va a ser lo más parecido a vivir que haga hoy cuando ya no me quedan cartas que quemar ni copas que escurrir. Vivo en otra dimensión las noches que me ahogo entre el hielo y en los vasos también. Odio la ignorancia y por eso supongo que me duele miraros. Lo sé, he traspasado líneas de polvo y me invade el barro los domingos. Pero es que siempre ha sido más bonito perderme que soñar, por las noches, porque ya no sé más que hablar de pesadillas y de lo que me pesa no asumir el drama que hago de mi vida. Soy incapaz de ver luz sin pensar en su sombra, cuando me da por ver algo. Que mis ojos viven repletos de legañas de cerrarse cada vez más fuerte, de llorar lo que vosotros intentáis ver con los ojos sin saber que ya no nos sirven de nada. He tachado la vista del diccionario porque me suicidé con el tacto de tus parpados húmedos apuntando a la nada y sosteniéndolo todo. Porque no necesitaste mirar para crear un mundo, porque lo estabas moviendo todo y necesitabas desprenderte del sentido que más nos aprisiona, aunque esta vez no hable del poco que tiene vivir. Aunque esta vez lo intente todo por no resucitar una vez más. Aunque esta vez (des)prenda las ganas por arder de alguna manera aunque sea al revés. Los días son de todo lo que no haría nunca, que no se le puede llamar rutina a suicidarse día tras día. Ni andar tras algo que no es nada habiéndolo sido todo, absolutamente todo, hasta doler por haber sido capaz de vivir sin ni si quiera soñarlo puede ser el motivo de mis duricias en el corazón. Al contrario, tiene la culpa de que la vea en cada rincón y en cada gesto, que me la encuentre aunque con otro nombre y mismos apellidos, que le suplique que me mire aunque sus ojos me atraviesen porque no necesitó girarse ni ser ella esta vez, que su espalda me dibujó la sonrisa de quien se sabe ganador aunque pierda un amor. Porque sabe que no pierde nada, que hay quien siempre sigue enamorado aunque se pinte encima un deseo y pretenda convencerse de que las humedades se secan corriéndose sin darse cuenta de la insensatez.
Que he sido de todo menos yo últimamente y renacer me queda muy lejos de las manos en días como hoy, o como todos.

17 de febrero de 2014

El niño de sus uñas

Tocará partir con la desventaja del que ha suplicado un beso, algo asumible para quien está acostumbrado a jugar con las cartas sobre la mesa. Cartas vistas por entender la vida como un juego cara a cara contra uno mismo, sin importar quien se siente delante. Y ahora que parece que hay juego he sentido la pérdida del no saber hablar a la velocidad a la que pienso, siento o lo qué cojones pase por ahí dentro. He decidido hablar una vez todo lo que ha creado mi mente acepta su espacio en el mundo. Realmente lo he hecho toda mi vida pero algún día tenía que justificar mis pocas ganas de abrir la boca.

Que podría estar amando a Moneo por su amor a la vida y a las cosas bien hechas. Por su entrañable manera de hablar y sentir, por ser la novia que todo hombre soñaría. Pero sólo podría morir de amor ante un Pollock y su puro instinto y su grandeza y lo salvaje de su arte. Ante su poca coherencia, su incertidumbre y la esencia de las mujeres de no retorno. Supongo que por eso ciertos ojos rasgados acompañados de unas ojeras moradas es lo más bonito que han visto estas zapatillas de arrastrarse por casa. 

Que por muchas heridas que haya lamido, y también alguna fuera mía pero al revés, yo sólo tengo una que no entiende de cicatrices y la quiero tanto como a los parches con los que mi madre me adornaba mis pantalones, los de proteger las rodillas ansiosas por vivir aunque fuera a rastras y los de marcar primero los goles.
Me he vuelto a sentir como un niño. Como el niño nuevo de la clase, ansioso por conocer mundo y mudo de respeto, del miedo a un paso en falso que desoriente alguna posibilidad de algo, aunque fuera de no ser el último al que eligieran a la hora de jugar.

El mismísimo Picasso escondiendo 'Les Demoiselles d'Avignon' por el qué dirán. Que él sabía que lo de cambiar la mentalidad del mundo era cuestión de tiempo, y yo hace tanto que perdí las prisas, por lo de rendirme ante la evidencia, que ya no recuerdo dónde escondí aquellas ansias por vivir.
Espero que el mapa del tesoro que pinté en alguna espalda me recuerde por donde anda la vida y que no sirva de nuevo para acabar recogiendo pedazos de algo rojo como si fuera la hora del patio y una vez más hubiera perdido a las canicas o me hubiera pasado de listo al ganar.




10 de febrero de 2014

Por si hubiera luz y esta vez no fuera el faro

He visto el cielo caer
mientras tus ojos se perdían
mientras mis manos intentaban renacer
tras derretirse en tocarte
tal vez fuiste tú quien subió al cielo
yo qué sé
la cuestión es que allí
en mi mundo
sólo quedaste tú
sobre fondo azul
y no era el mar esta vez
aunque sí brisa los suspiros
aunque sí vaivenes de cinturas y no olas
aunque sí agua pero de lluvia y otros fluidos
aunque sí sal para las heridas
aunque sí infinito
y todo

He sentido el sentido
de la espera
he visto que tal vez
pueda empezar a enseñarme
a enseñarte cómo soy
a compartir más que silencios
(aunque sean de todo menos vacío
si son mirándote)
a empezar a abrirnos
algo más que las piernas

He entendido el mundo
como un todo
que no quiere vivir
porque le da miedo sentir
y del que no vale la pena contagiarse
que por eso y por matarme los miedos
es que renuncio a toda persona
que me diga
que necesito estar cuerdo para ser feliz
es por eso que vivir se ha convertido
en andar esquivando ignorantes cobardes
(por muy muy cerca 
                              que estén)
mientras te abro las puertas de mi vertedero
para que vengas a impregnarte de mi mierda
y así alejarnos de su limpieza mental
Que por fin parece que se va
el olor a nuevo de tus besos
esos que desprendían unos labios
que se negaban a segundas partes
y siempre impugnaban cualquier duelo
que por fin parece que el descanso
ha servido para seguir
rumbo a un tiempo extra
extra tremendo
extra intenso
extra profundo
extra bonito joder
un tiempo para no ganar
para perdernos de todo
que anoche hubiera firmado un empate
y que nos tacharan con una cruz
en la lista de asociados
a su sociedad






7 de febrero de 2014

Lo siento por no ser cercano al charco

Ella con su corazón de roca
y yo con mi traje más salado
y sin prisa
que lo siento por no ser del Atlántico
mis olas no son contundentes
no son de esas que vienen y van
que suben y bajan
que están o no están
Yo vengo del Mediterráneo
soy discreto pero constante
sin perder la ilusión
agradable y calentito
con esa brisa de aire fresco
que todo lo alegra y lo arregla
aunque me siga costando la vida rozarte
y es que es una lástima
no tener la fuerza suficiente
que te tumbara y te mojara de repente
sin darte tiempo a respirar
no tener esa facilidad
de erosionarte cosquillas
y hacer supurar risas
pero, tranquila
que siempre fui más de sonrisas
y el día que te la grabe
serás incapaz de ahogarla
que por más que te creas mártir de la Luna
nadie vino a este mundo
a inundarse
noche tras noche
y yo prometo
hacer renacer tu este
buscar tu sur más preciado
no llegar nunca al oeste
darte un norte
y sacarte a flote



3 de febrero de 2014

Eres la hipocresía del olvido

Por ti olvidé y no hay quién te olvide
Por ti desaprendí...


Desaprendí a desesperar
Desaprendí a valorar lo cotidiano
por deshacerme con cualquier gesto
minúsculo
inesperado
Desaprendí a ser constante
Desaprendí a estar pendiente
Desaprendí la estabilidad
emocional
espacial
temporal
pero sobretodo, mental
Desaprendí el tiempo
desprendí los minutos
y te conté con lunas
Desaprendí de ti
Desaprendí de tus ausencias
Desaprendí a vivir
o a eso que ellos llaman vivir
Desaprendí de cualquier significado preestablecido
Desaprendí a desesperar
Desaprendí que todo es posible
Desaprendí a valorar a las mujeres que no sean tú
por más que las vea
Desaprendí a hablar
Desaprendí a controlarlo todo
Desaprendí a moverlo todo
Desaprendí a follar
por regalarte la primera vez
Desaprendí a leer
por lo de tu cuerpo y el braille
Desaprendí a pasar de la primera cita
por vivir en el punto eterno
de siempre volver a empezar
Desaprendí de cada último beso
porque nunca he sabido cómo darte el primero

Desaprenderé y aprenderé
y yo qué sé qué será más duro
a no ser que me hagas desaprender
aquello que me enseñaste sin hacérmelo
No sé qué dolerá más
mientras no me pidas
que desaprenda
a querer
a quererte