30 de octubre de 2013

90º

Somos ese plano vertical obligado a reafirmar el ángulo recto de un horizonte desdibujado. Ese es el motivo por el que siempre rondamos los 90º.

Durante la vida son muchos los momentos en los que jugamos a hacer equilibrios, y no siempre por gusto. A mi me encanta plantarle cara a mi gravedad sumándole los 13'5º de la copa de vino a los 45'2º de uno de Martin Miller's y así potenciar mi ceguera para desdibujar aún más ese horizonte insensato.

Los 90º también los llegué a conseguir en una cama de 360, y quemándonos sin arder. En habitaciones de ángulos rectos y esquina puntiagudas es donde conseguimos cambiar el significado de la palabra equilibrio y olvidarnos de vivir. Donde el funambulismo es un arte y las palabras siempre disfrazan la eternidad. El micro-clima del infinito traducido a instante.

A veces es el horizonte el que se inclina y nos descoloca cuando la vida se pone puta.
Si hablo de tenacidad esta imagen vale más que mil palabras. Estos tristes ojos han visto un horizonte partido en dos, una línea recta hecha triángulo, algo digno del más macabro escritor de dramas. Un diminuto centro de gravedad observando a dos monumentales pilares tambalear augurando derrumbamiento. Viendo como parpadeaban esas dos estrellas que junto a ella eran los tres puntos que definían un plano perfecto. Dudando del sentido de la vida y sudando la injusticia del vivir.
Ella fue, estoy seguro, quien atrajo al ángel, tal vez sacó el que delataba su fina cara, la cuestión es que se hizo milagro.
Y así la vida, asombrada por su entereza, le devolvió su geometría más preciada dejando a la muerte derrotada en busca de otro ángulo al que desafiar.






27 de octubre de 2013

Guerras de egos

Es tan fina la linea que separa
luchar y combatir
Es tan fácil perder el norte,
cegar la mirilla y rallar el punto de mira
que un punto y coma no hay quien lo vea claro
y dar disparos de ciego siempre fue más caro
que dar simples palos

Qué fácil cegarnos
por ver la cara y cruz rodando y no ver nada más
y cegados, desesperados, avariciados, irnos detrás
Nos perdemos por ponernos vendas con agujeros
por creernos fluyendo sin más remedio
cuando en realidad somos nosotros
que ver más no queremos

Lo único que queremos es dolernos
Amamos dolores
deseamos hervores
reclamamos insensatez
y nos perdemos en lo simple
Luchamos por caernos (a veces por corrernos)
cuando las piedras aún no han llegado,
por eso vamos a buscarlas
poniéndolas en el camino
sin preocuparnos siquiera por taparlas

Yo sé el porqué de todo esto
es tan simple como el fuego,
como que el único amor romántico
es ese que te mira
te escupe y te sonríe,
te sonríe
te mira, a los ojos, hasta el último instante
y cuando vas a tocarlo,
humo



Y amo





26 de octubre de 2013

Versos, vino y lujuria

Los versos los voy a dejar para ti. Las palabras que den coherencia a mis desdichos, las letras que invadan mis oídos. Por eso el tempo será cosa tuya, yo prometo dejarme llevar (cuando se trate de hablar). Tú traerás las rimas y las melodías. Incluso las notas discordantes que será donde realmente le sacaremos provecho a la noche. Que no nos falte de nada, que el talento es más erótico cuando se malgasta y tú de eso vas sobrada.
Y acuérdate de dibujar los esquemas para tener algo que romper cuando nos dé por los vicios.

El vino va a ser cosa mía, que sé que en eso llevo ventaja. Empezará por potenciar tu fantasía e incluso animarme a mi con los versos. Será como ponernos un gato en el pecho (o entre las piernas) e ir abriéndolo con esa lentitud que te enciende y que, sabemos, no tiene vuelta atrás; y conocernos así las entrañas. La copa vendrá acompañada de mi incoherencia para hacerte sudar así la tuya, y juntas que pasen a ser las que manden.

Y la lujuria ¡uy, la lujuria! Ésta ya se sabe el camino y viene sola. De todas formas no se me ha olvidado darle la dirección de tus pechos para que llegue cuando empiecen a estar cansados de marcar el camino, que antes ya nos ocupamos nosotros de las ganas.