Despedirse
es encontrarse a uno mismo
sin disfraces
Con aquellas sombras
en las que colocamos
a los que nos rodeaban
para suplirlas con su luz
Sin los hombros
que hacían más fácil
la estabilidad,
que minimizaban
la predisposición al tropiezo
Sin una risa de la que contagiarse
siempre cuesta más que brillen los
ojos
Un hasta pronto
siempre sabe a poco
después de tantos
buenos días
Yo ya no quiero hablar de verdades
si no tengo unos ojos a los que mirar
si no encuentro un abrazo
al cruzar cada esquina
y un suspiro en cada almohada
si el espejo que tengo delante
no me muestra algo
que jamás haya visto
Lo que más duele de alejarse
es el momento en el que te das cuenta
de todo lo que te dejaste por dar
al no ser capaz de compartir con
presencia
al perder tu totalidad
y guardar bajo tu ego
aquello que debías entregar
a quien ya te ha dicho adiós
Duele cuando te das cuenta
de que perdiste la esencia
al mostrarte ante aquella persona
que tal vez no vuelva
Por suerte los impulsos se aposentaron
las rabietas se hicieron risas
y yo lo miro todo desde fuera
para no desgarrarme ante cualquier
adiós
aunque lo sienta todo
como el primer te quiero
como el primer te quiero