25 de agosto de 2016

Menta fresca

Me abruma el sentimiento de pérdida 
de quien tocó tierra prometida
y olvidó el camino de vuelta

Se me incendian emociones
a la vez que el dolor se hace incesante
y el aliento se entrecorta rezagado

Poros que se expanden
mientras brotes de menta fresca nacen
creando nidos de carne viva sobre mi pecho,
y alimentando con limón
a cien mil hienas hambrientas
que me rasgan cada brecha

Puedo sentir la frescura de su olor
empapándome los ojos color verde
a la vez que sus raíces
me atraviesan los pulmones
robándome el aire
que a ratos me aleja de esta cárcel

Ahora,
que la respiración se aletarga
hasta el instante inmediatamente anterior
al de una muerte dulce en soledad
tras toda una vida de ausencia
propias

Ahora,
es cuando siento
que tal vez la vida exista
y tal vez
algún día la encuentre

Cuando la menta se haga brisa nocturna
en noche de agosto en aquella playa
en la que siempre veo las sonrisas
que por los años andan marchitas

Allí donde la luna se me clavó en el pecho
para arrastrar hasta la tumba
el recuerdo melancólico 
de estar vivo sin sentirlo