27 de diciembre de 2015

Ternura, empatía y fragilidad

A Juan y Josefa


Entender que ternura, empatía y fragilidad
no son atributos femeninos,
son los atributos humanos
que forjan la fraternidad,
que dan sentido a la humanidad


Mientras ahí fuera se gritan himnos
para ver quien la tiene más grande
y se besan banderas
en vez de personas;
yo muero de amor
al ver a mi abuela
cuidando de mi abuelo,
compartiendo camino hasta el final
sin condiciones
e incluso partiéndose las rodillas
en el intento

Ella nació
con un “¿Qué necesitas?”
bajo el brazo,
para acto seguido
desvivirse por ello
para darlo todo
siempre
por los demás
Tal vez olvidándose demasiado
de ella misma

De él dicen
que tiene eso que llaman Alzheimer
aunque a mí me parece
que simplemente ha decidido
volverse a hacer un niño
para que podamos devolverle
los infinitos cuidados
que él nos dio
Tal vez el no haber sabido
pedirlo a tiempo
es lo que le ha hecho
verse abocado al olvido

Tal vez...


Pero volvemos a lo de siempre:
yo puedo hablar
imaginar
o especular
sobre aquello que veo en ellos
pero lo que realmente importa
es la ternura, la empatía y la fragilidad
que en mí despiertan,
lo humano que me hacen



13 de diciembre de 2015

La guerra, en la puta cabeza

El eco de los fusiles de asalto
aún retumba en París
(como en tantos otros sitios)

Un padre me llama “hijo de puta”
mientras su hijo corre por mi lado
empujando una pelota

Los gritos de una mujer
antes de ser degollada
retumban
en el barrio de mi madre

Mi vecino sueña cada noche
con fusilar a un musulmán
que cada mañana piensa
en inmolarse
y que tal vez viva
al girar la esquina

En la plaza del pueblo
cuatro perroflautas cantan
un solemne “no a la guerra”
después de haber acuchillado
al recuerdo de su amante
mientras se follaban a su novia
y viceversa

Y todos, desquiciados,
seguimos en la esquizofrenia
de reclamarle al exterior
lo que jamás seríamos capaces
de observar en nuestro interior

Mientras nos miramos a un espejo
enfadados por lo que vemos
seguimos pensando,
que la guerra está fuera



7 de diciembre de 2015

En busca del movimiento II

Llegar a un espacio
con la muerte
reposando en la espalda
para que unos tambores
le permitan entrar
y situarse frente a mí

Experimentar el vacío absoluto
en su forma más macabra
y aun así, simplemente serlo
sin la necesidad de sufrirlo

Vivir la ausencia de vida
con la intensidad abrumadora del momento
con la pureza de un espacio
repleto de existencia
manifestándose sin tapujos

La ansiedad por llegar
siempre las ansias
de ir más lejos
hasta que cuatro brazos
se hacen capaces
de hacerlo renacer,
de que vuelva la inocencia
a tomar las riendas
del juego

Unión de vida y muerte
en cada parto
en cada aliento
en cada pulso
en cada beso
en cada abrazo
en cada rezo

La flor del cerezo
adorando un rostro
blanco puro
despertando a un sentir
incomprensible
pero hermoso

Vida,
simplemente vida
es todo lo que contenemos
cuando dejamos morir
todos aquellos castillos
que nos han hecho mirar hacia otro lado
cada vez que hemos palpado el amor

Todo un mundo
por fuera y por dentro
a tu lado
y en tu interior

Ahora que el tiempo
se escurrió entre los dedos,
el sol vio brotar
a la lluvia de su interior,
y yo voy entendiendo
que todo aquello que contemplo
es aquello que soy

Porque no existe nada más
que aquello que nos une
es decir,
aquello que realmente somos;
y los mil cuentos
que nos contamos
por el miedo a sentirlo



Investigación personal realizada dentro de la Formación Psicocorporal en Movimiento y Danza
Directores: Fausto Espejel Garcia y Noelia Ruiz Revilla
Fotógrafa: Judit Rodríguez Martínez

Texto: Rubén Ramal Argany