25 de noviembre de 2013

De tus ausencias

desde mi cama
este frío cadáver
del imperante recuerdo
de un lunático y fugaz encuentro

el cuadrilátero

en el que cada noche
piden turno todos mis miedos
para azotarme con cualquier reproche

este espacio

en el que clavaste tu iceberg
después de bañar en lava
todo lo que nos rodeaba

un círculo polar sin Sol

pero con sombras
sin Otto's y sin Ana's
y evidentemente
sin valientes
sin amantes

con una ventana

que no sirve ni para saltar
sé que eres la única
que podría atravesar sus barrotes
en cambio soy yo
quien se los clava cada noche
la diferencia es
mi querer saltar encogido
frente a tu volar sin nido
con alas negras que destiñen
cuando tú, Luna, te creces

parecían hasta irónicas

las manchas de sangre en las sábanas
prediciendo futuras heridas
pero este frío
hasta mi sangre ha congelado
y heridas quedaron en grietas
vacíos en los que otros caerán
sin ver
sin entender
sin merecer
y sin tus alas








18 de noviembre de 2013

Júbilo meteorológico

Por fin he aprendido a controlar el tiempo. No hablo de los minutos y segundos que manejas a tu antojo. Hablo de esta lluvia que os azota. Que son lágrimas de júbilo señores, así entiendo yo la felicidad, este 'amar la vida' y 'poner la inteligencia a disposición del amor', porque 'quien ama no necesita leyes'.
No pienso pedir perdón, os jodéis los que no sabéis apreciar la belleza de una gota, de una lágrima, resbalando por esa preciosa mejilla aparentemente fina e intacta, pero curtida de frotarse las ojeras cada vez que toca aparentar. Ahora que me toca partir he decidido que cese por un instante la tormenta. Porque no nos engañemos, no somos pájaros y esta ave de metal no sabe de apreciar el agua, de sentirla.
Me voy por poco, por un poco, para un poco de paz y no añoranza. Para reafirmar que la distancia (queda claro que nada es relativo) no depende de metros cuando hablamos de energías y del absoluto que sería no perder, esta vez. Me voy allí donde la luz escasea, a destellarlos. Que ellos apreciarán el sol como vosotros despreciáis la tormenta. Me voy pero tal vez no del todo, tal vez esa parte de mí ya no volverá a ser mía. Yo no entiendo de posesiones pero sé que se fue, se la llevaron y la mecen, de momento. Tal vez la destrocen, pero es que es ley de vida y si las posesiones me pierden, los rencores me aburren.

Llegar allí donde te esperan siempre tiene algo de agradable por leve que sea el vínculo. Y es que cuando ves la bondad en alguien que más dan protocolos sociales y prejuicios insostenibles. De como la manera de hablar una misma lengua te condiciona la forma de pensar. De como el clima, el paisaje y el entorno te hacen sentir con más o menos intensidad. De como cuando, quieras o no, te anclas a alguien nunca puedes irte del todo por más lejos que estés. De lo inevitable de reiterarse, de repetirse, de aburrir siempre con lo mismo pero hablando de cosas diferentes aunque lo ignoréis. Que solo busco desprenderme de palabras que yo no me creo ni mías. Que si te has sentido vivo que más da lo que venga y lo que has perdido.
No hay más que agradecer a la tormenta que se clave bien adentro que nos envuelva y nos ahogue a oleajes. Así es como se produce el cambio, cuando entiendes que no tienes que buscar el rayo de sol, que toca armarte de coraje para zambullirte y dejarte llevar por corrientes y energías que muy pocos conocerán. Que no se puede vivir pendiente de como se comporten cuatro nubes cuando solo entendemos de astros.








16 de noviembre de 2013

Gracias a las nubes

acepté la distancia
como forma de vida
olvidando
la omnipresencia de lo abstracto
ignorando
que siempre fuimos más de momentos eternos
del tiempo y no de metros
de no tenernos
y sobretodo de perdernos
no por jugar a encontrarnos
sino por mi inaptitud a la valentía

cuando acabó la fiesta de fracasos
el miedo se quitó la máscara de respeto
las manos sacaron a la luz
que sabían algo más que desordenar palabras
y a mi boca no le quedó más remedio que aprender a dar caladas
de algo que también
podría llevar tu nombre
                                               (como todo 
                                                             ahora)

eres como una ducha de agua caliente en pleno invierno
nunca saldría de aquí
pero me crecen las arrugas
me consumes
así que empieza a hervir
y que no queden más que huesos
que todo este exceso de algo
o de todo
de algo nos tiene que servir
no me valen las arrugas
yo quiero tus grietas
la que todos te pretenden
y las que ninguno sabe ver
aquellas que te relames
como quisieras que alguno te comiera
la que te pretende

contigo cerca me siento
como ese preso condenado a muerte
con el mono puesto
y este puto mono encima de encender el interruptor
de la luz
y darse libertad

háblame tú que entiendes de buitres
de si alguna vez has visto un pájaro perderse el cielo
por mojarse las alas
empieza así a entender mis problemas
con las nubes y la luna
con mi humo y las tuyas
es que lo siento
pero no puedo evitar cantar los días de lluvia
que saltar y mojarme me parece de lo más sensato
y dudo que sea motivo suficiente para llamarme loco

no te lo tomes como algo personal
pero es que esta boca no entiende
de puntos de sutura
pues al igual que mis heridas
solo sabe escupir sangre
de cortes vamos todos sobrados
por lo que podríamos quedar
'en tu herida o en la mía'
pero prefiero verte en el cielo
cuando nos encontramos
en medio del excitante salto
ese que damos cada vez que vamos
de un lado al otro de la grieta que nos une
o nos separa

si tienes que salir corriendo
hazlo
pero de espaldas y a fuego lento
que importa más donde has estado
que llegar antes de tiempo
de espaldas
por seguir con el placer de las lunas
que aunque sea por una despedida
prometo ocuparme de esnifar mis nieblas
y no decir nada







14 de noviembre de 2013

Sol(edad)

Nunca llegaré a entender cómo la palabra soledad
puede contener la palabra Sol
si puede de todo menos arder.
No hablo de taparse con una manta, hablo de ascuas en los pies,
de una olla a presión sin chimenea
que o explotas o explotas
No siempre el antónimo del calor tiene que ser el frío,
yo veo más opuesto aún el vacío
Donde no caben temperaturas y para conseguir sentir
toca la tristeza de frotarse a uno mismo
Despertar ya, no vais a arder,
por suerte o por desgracia no somos piedras


Tampoco entenderé nunca lo de poner los 'te quiero'
siempre al lado de un 'adiós'
Que no hay nada que joda más
que un 'te quiero, pero me voy'
Un 'buenos dias, te quiero', ¡joder!
Que en las buenas noches sobran las palabras
Un 'hola, te quiero' y así todo más fácil y yo más dócil
No os engañéis que una despedida no puede ser feliz
Enfaticemos los inicios por lo que pueda venir
Ya está bien de guardar lo mejor para el final

Que la edad del Sol debe ir en función de su sol(edad)
y de ver que todo lo que se le acerca arde
se derrite
se descompone
De dar te quieros y dar vida
y verse lejos de todo
Pero Sol sólo hay uno
tus ojos
siempre fueron lunas
y yo
esta olla de escapes
que no hay quien la destape

6 de noviembre de 2013

'Me sacara la piel de los huesos'

Frágil
ante la vida de él
la guerra de ellos
y la sonrisa de ella
Perdido
por el deseo del sinsentir
sintiendo mucho no sentirme unido
a nada más que lo débil
Anhelando una tregua de mierda
que aunque no deje de oler
deje de cubrirme más la espalda
la frente ya quedó repleta
en caer de las alturas
las rodillas (c)lavadas en estiercol
de arrodillarme ante la omniputencia

El guiño esconde la lágrima
el ruido el llanto
la sonrisa el dolor,
el deseo perdido de un hervor
la fractura mal cicatrizada
de un muy lejano adiós
Ver una aura pidiéndote el cielo
mientras su boca te habla de otro
Perder el norte
por saber que mi puerto
debe andar en oriente

La vida se confundió 
cuando le pedí dolor
Yo deseaba caer
verme en el vacío 
sin conocer la salida
que la pared la espada y yo
fuéramos uno
y mi pecho atravesado
mi respiración entrecortada
de las hostias en la boca
la del estómago y la de las mentiras

En cambio ¿qué me ha traído?
me ha plantado en una habitación
llena de puertas carcomidas
y yo en medio con la mierda por las rodillas
jugó con la espada,
como siempre por la espalda,
hasta rozar a otros
que no pidieron más que paz y tranquilidad
me dió las hostias en las rodillas
sin dejarme caminar
sin dejarme respirar

Se ríe de mis deseos moribundos
revive mis miedos más profundos
me destierra de sueños agotados
re-publica versos fracasados




1 de noviembre de 2013

Buscando el precipicio

Necesito explotar, comerme el infinito en un puto instante y comerte a ti por dentro, por fuera, por encima y por debajo. Parar en la estación remota que nadie para por miedo a que no vuelva a pasar un tren. Parar y desde allí mirarles y reírnos porque nosotros tendremos mundo, ellos seguirán en un tren que ninguno sabe parar. Necesito que nos retorzamos a pleno sudor, imponiendo espaldas como arcos y palabras como flechas, o dardos lo que sea mientras nos lo clavemos todo. Y no habrá más defensa en esta guerra que el colchón hasta que saltemos por los suelos a ensuciarnos rincones y dudas. Necesito que me mates de este mundo, para resucitarme en el tuyo. Necesito mirarte para meterte mano con mi córnea, porque desnuda ya estarás, nunca he sido capaz de volver a verte vestida desde el primer día en que me escribiste delirios. Mirarnos y aguantar la respiración por no provocar huracanes.
Y tú sabes que cuando las palabras aprietan y se retuercen nunca acaban siendo suficientes, pero no se me ocurría otra manera de decirte las ganas que tengo de follarte.